Aria era una niña muy educada y obediente, y creía todo lo que le dijo Óscar.
Lo dijo con voz dulce a Ricardo.
Aun así, Aria sintió que el corazón se le salía del pecho: qué pesados los adultos.
Los niños pequeños como ella eran más simples.
Ricardo recibió el WhatsApp y escuchó la adorable voz de su hijita, sintió como si todo su corazón se fuera a derretir.
Así que estaba comiendo.
Al oír eso, se sintió aliviado.
Mientras contemplaba cómo iba a averiguar quién estaba cenando, llegó el segundo mensaje de voz de Aria.
La sonrisa de Ricardo desapareció al instante al oír aquellas palabras, y sus ojos se oscurecieron.
¿Magnolia se iba a comprometer con Bosco?
¿Cómo era posible? ¿Por qué no había oído hablar de esto antes?
Ricardo llamó a Aria para comprobarlo.
Aria se escondió en silencio detrás del sofá y bajó la voz para decir, —¿Hola?
¿Por qué llamó a esta hora? Si su tío se enteró, se metería en un buen lío.
No podía ser la pequeña traidora.
Ricardo oyó la voz de su hija y dijo con t