Leandro.-
Descorcho la botella de champagne la espuma se derrama por mi mano, mientras mi abogado y amigo ríe acercando las copas.
— El juez estaba listo para cederte la custodia ¿Por qué cambiaste de opinión? –Me pregunta Lorenzo intrigado.
— Sería demasiado fácil, además la madre de mi hijo me gusta mucho
— ¡Aaaah ya sabía yo! –Sonríe con picardía. –La verdad tienes razón la mujer es muy hermosa
— Lo es y la quiero para mí –Dije bebiendo un sorbo, saboreando las burbujas dentro de mi boca. – ¿Viste la cara de imbécil que puso el marido? ¿Cómo no lo grabamos? –Ambos reímos. –Este es mi momento perfecto, ese era el quiebre que necesito para alejar a Emily Doman de Daniel Mercer
— Eso me parece perfecto, pero ¿Qué vas a hacer con tu esposa? Sabes lo peligrosa que es
— Tengo ya todo planeado mi amigo, solo debo hacer una sola llamada y mi padre se hará cargo, pronto me volveré viudo
— ¡Vaya! Me sorprendes jamás me habría atrevido a engañar a Vanessa Lorusso.
— Cuando la arrogancia es tu