Emily Doman decide dejar atrás su vida perfecta en Seattle al no poder conseguir el perdón de su Ex novio el abogado Daniel Mercer quien descubre su doble vida en la app ChatGirl. Cinco años después convertida en una exitosa abogada y madre del pequeño Diogo su vida es perfecta a pesar de no haber podido olvidar a aquel hombre que se adueñó de su corazón. El destino le juega una mala pasada en un caso que cambiará su vida y reencontrarse con el hombre al que le rompió el corazón que se enfrentará a ella sin ninguna piedad para vengarse. Daniel Mercer no volvió a ser el mismo desde el engaño de su ex novia Emily eligiendo tomar el mal camino, el alcohol, las noches de fiesta, interminables mujeres han pasado por su cama con el único propósito de intentar olvidar y desahogar el odio que no pudo con la culpable de su corazón roto. Daniel decide alejarse de los incesantes consejos de su amigo Derek y es contratado por una familia multimillonaria para enfrentarse a la mejor abogada de Vancouver que para su sorpresa es la misma mujer por la que ha acumulado su odio por largos cinco años obteniendo su oportunidad de vengarse. ¿Cómo terminará esta batalla?
Ler maisDaniel.-
El sonido de la alarma atronaba en mis oídos como el estruendo de un tambor descontrolado, cada tono agudo perforaba mi tranquilidad sacudiéndome de mi letargo con su insistente llamado, desperté con una punzada en la cabeza que parecía empeñada en abrirse paso a través de mi cráneo, estiré el brazo tirando al piso al endemoniado aparato, cada rayo de luz que se filtraba por la ventana se convertía en un martilleo constante y el simple acto de abrir los ojos era como enfrentarse a un vendaval de sensaciones desagradables, me restregué el rostro con ambas manos hasta que sentí una presencia a mi lado, una rubia con trasero voluptuoso que de inmediato trajo a mi mente los recuerdos de la noche anterior, rodé mis ojos con fastidio, salí de la cama colocándome el bóxer que se encontraba tirado en el suelo.
— ¡Ey despierta! –No recordaba su nombre, aunque siendo sincero no me enfoco en prestar atención a ese detalle. –Despierta, tienes que irte.
La mujer se gira con mi sabana de color gris plomo cubriendo su desnudez, me sonríe coqueta estirando sus brazos.
— ¡Buen día muñeco!
— Arriba debes irte –Le digo apoyando mi brazo en la puerta abierta esperando a que se vista y se marche.
— ¿No te divertiste anoche? ¿Por qué de mal humor? –Sale de la cama completamente desnuda creyendo que con eso voy a ceder, pero solo la ignoro, al ver que no resulta su jugada comienza a buscar su ropa.
— Porque no me gusta despertar acompañado, hace dos horas que debiste haberte ido. –La verdad no me interesa herir sus sentimientos, ella sabía que venía solo por sexo nada más, recuerdo habérselo repetido más de una vez mientras nos besábamos en aquel callejón detrás del bar donde la conocí.
— Sabes, he salido con hombres patanes, pero tú te llevas la corona –camina descalza con los tacones en la mano pasándome por un lado.
— Te prometí sexo, no un desayuno romántico –Solté mientras la seguía hacía la salida ambos nos detenemos cuando el ascensor timbra, no suelo recibir muchas visitas últimamente así que asumo que deber ser Derek, cuando las puertas metálicas se abren dejan ver la imponente imagen de mi mejor amigo que se detiene en seco al ver a la rubia de vestido rojo brillante. – ¡Adiós! –Le recuerdo a la chica pasándole casi por encima, de reojo noté como veía embelesada a mi amigo.
— De haber sabido que Daniel tenía un amigo tan guapo le habría hecho una propuesta diferente anoche –Le dijo acercándose de manera seductora, rodé mis ojos con fastidio nuevamente, con el pasar de los años y aun con dos cicatrices en el rostro Derek seguía siendo admirado con fascinación por el género femenino.
Ante el comentario sugestivo de la mujer, mi amigo enarcó sus cejas y de inmediato alzó muy orgulloso su mano izquierda adornada por la gruesa argolla de oro blanco.
— Lo siento, hombre felizmente casado, con mi mujer me basta y me sobra –Derek le pasó por un lado a la rubia ignorándola.
— Par de patanes –La mujer salió batiendo su melena dorada metiéndose en el ascensor, no veía la hora en que se terminara de ir.
— Veo que sigues por el mismo camino –Dice mirándome con esa mirada que ya reconozco la misma que me echa desde hace cinco años.
— No quiero sermones me duele mucho la cabeza –Le doy la espalda girándome hacia la nevera, mi boca seca y pastosa clama por un sorbo de agua.
— Solo intento ayudarte, estás irreconocible, estás como yo antes de Anna.
Y ahí estaba, consideraba a Derek como un hermano, pero ya me hartaba que cada que tuviera la oportunidad sacara a relucir su vida perfecta, su matrimonio perfecto, su esposa perfecta; una esposa que a mi parecer no se merece, pero bueno, la vida es así, entendí al ser testigo de todo lo que le aconteció que en esta vida hay que ser un hijo de puta para que te vaya bien.
A veces le tengo envidia, Anna es una mujer admirable se superó así misma logrando domar al engendro del diablo que tengo parado en el centro de mi cocina, domarlo y domesticarlo además convenciéndolo de trabajar desde casa y así atender a sus cuatro hijos… ¡Sí! Cuatro Diana de doce años, Bianca de cinco, el pequeño Damián de tres y Clara la más pequeña que solo tiene seis meses, mi amigo estuvo muy ocupado.
Así que Derek me cedió su lugar como presidente de nuestra empresa de seguridad privada que ahora es una de las más importantes del país, mientras él se dedicaba a ser padre y esposo, sin embargo supervisa desde su lujosa oficina en su mansión las aplicaciones de seguridad que hemos creado y que nos ha dejado muy buenos dividendos en los últimos años.
Sí, el éxito profesional estaba garantizado con lo que gano en mi empresa podría retirarme y vivir como un rey gracias al ingenio de mi mejor amigo. Pero solo eso después de ver por última vez a la mujer que me destruyó, mi vida la enfoqué solo en el trabajo, pero eso también me hacía pensar en ella así que opté por salir de fiesta casi todas las noches conseguí en el alcohol y en el sexo una manera de desahogar mi desgracia amorosa, me he convertido en un playboy como dice mi sobrina Diana por mi cama han pasado no sé cuántas mujeres no importa el físico castañas, rubias, pelirrojas, modelos, zorras, empresarias, actrices cualquiera con tal de terminar de matar las secuelas de ese amor que entregué de manera incondicional y que fue pisoteado como una cucaracha por Emily.
— Derek estoy bien, ocúpate de tus asuntos. –Le respondí después del delicioso trago de agua que hidrataba mi boca y mi garganta.
— Pensé que con Stella podrías aliviar tu dolor –Stella nuestra socia, recuerdo que en la boda de Anna y Derek intenté follarmela, pero se resistió ella buscaba algo más, buscaba que yo olvidara a Emily y en mis ojos se dio cuenta que no lo lograría, desde entonces solo he buscado pasar noches calientes, satisfaciendo una necesidad nada más, sin sentimientos solo una candente liberación de oxitocina para sobrellevar mi día a día.
— Te lo voy a decir por última vez, metete en tus asuntos, tienes bastante con que lidiar y sí, estoy siendo como tú porque fuiste un hijo de puta desde que tengo memoria y ahora tienes la vida que yo… –Hice silencio al ver la expresión llena de sorpresa y decepción de mi mejor amigo.
— La vida que tú siempre quisiste tener, puedes decirlo yo también lo he pensado y sé que no me merezco todo lo que tengo, Daniel esta vida no te va a llevar a nada bueno ¿Por qué no la buscas? –Lo miré casi fulminándolo.
— ¡Lárgate! –Lo dejé parado en la cocina mientras regresaba a mi habitación.
— Intento ayudarte –Me detengo a la mitad del pasillo y me regreso para darle la cara.
— Mucho ayuda el que no estorba, ya sabes dónde queda la salida. –Entré a mi habitación azotando la puerta, me tumbé en mi cama.
Cinco años han pasado ella simplemente desapareció, dejando todo atrás a mí, a nuestro amor, su trabajo, su apartamento, hasta a Anna quien nunca más supo de ella, por un tiempo supe que se comunicaban por video llamadas que luego se convirtieron en llamadas, mensajes de texto, mails y luego… nada y es mejor así no sé qué pasaría o cómo reaccionaría si volviera a verla, la odio yo era un buen hombre y ella destruyó todo eso convirtiéndome en… esto.
Veinte Años Después.- FLASHBACK.- Ahora lo comprendo todo, el carácter rígido de mi padre un cambio drástico durante mi adolescencia, los extenuantes entrenamientos físicos junto al tío Jacob y al tío Derek, las clases de tiro a escondidas de mi madre, la presión por forjar mi carácter, crear un aura que diera temor. — Tu padre hizo lo que mejor creyó para que estuvieras preparado Diogo, él sabía que tu pasado en algún momento te alcanzaría y ahora que ellos han muerto –La voz de mi tío Derek se quiebra, por años vi como él y mi padre se amaron como hermanos siempre apoyándose el uno al otro, su muerte es un profundo golpe a su corazón, hace una semana no fui el unico que perdió a sus padres, Derek perdió a su mejor amigo a su hermano. — ¿Crees que la Sacra tuvo que ver con el…accidente? –Pregunté temiendo por la respuesta. — Es difícil decirlo, según el perito el otro conductor fue el que perdió el control de su auto Daniel no pudo esquivarlo, nunca lo sabremos en esa intercepci
Emily.-Veo a Tamy dar brincos de felicidad, la esposa de Jacob se frotaba las manos y yo pues estaba totalmente sorprendida al ver a mi mejor amiga planificando disque mi despedida de soltera cuando yo ni me iba a casar.— Anna ¿A ti como sé que te olvida quien es tu marido? Y tú igual Natalia ¿No conoces a Jacob? Si nos llegan a descubrir estaremos muertas, yo no voy a participar en eso lo siento –Me levanto de la silla con mi copa de vino.— ¡Ay Emily no seas aburrida! Ya tengo todo planeado les vamos a decir que necesitamos una noche de solo para mujeres en un spa y listo no van a sospechar nada –Comenta Anna restándole importancia como si no supiera que esos tres juntos son el FBI, Interpol y Europol. –Entonces ¿Nos acompañas? ¡Di que sí! –Suplica como si fuera una niña pequeña, observo a Tamy que me sonríe de manera pícara.— Tranquila cuñada que de mi boca no saldrá nada, además no vamos a hacer nada malo, solo vamos a ver a unos chicos sexys y ya— Nuestros hombres son bastant
Emily.-Celebrábamos el cumpleaños de Damián el último hijo de Anna y Derek, mi madre había regresado de sus vacaciones, estaba más recuperada lo que me alegraba, aunque se sentía nostálgica porque extrañaba a Emiliana ella siempre fue su compañera fiel.Mi niño estaba feliz con esta gran familia que nos había adoptado, nunca estaría sola, los Morgan siempre me parecieron una familia loca de remate, pero la unión y el apoyo que se brindan es contagioso.— ¿En qué piensa la mujer más hermosa del mundo? –Siento las manos de Daniel en mi redondeado abdomen que ya ni me permite verme mis pies.— Solo… –Fruncí el ceño al sentir una presión en la parte baja de mi espalda.— ¿Cielo? –Me alejo de Daniel solo un poco porque siento que necesito espacio cuando la presión aumenta haciéndome doblarme. – ¿Emily?— Me duele mucho— ¡No puede ser! ¡DEREK, ANNA! –Mientras el gritaba como loco sentí un líquido recorrer entre mis piernas, Anna llega a mi lado.— ¡Rompiste fuente! Tenemos que llevarte al
Emily.-Sentados en el sofá, el mundo exterior parece desvanecerse, y solo somos nosotros dos, atrapados en un momento que ha sido anhelado durante tanto tiempo, la distancia que nos separó se siente como un eco lejano, un recordatorio de lo que hemos superado.Siento la calidez de su mano entrelazada con la mía, y una oleada de emoción me atraviesa al recordar todo lo que hemos vivido, mi vientre, redondeado y lleno de vida, se convierte en el símbolo tangible de nuestro amor, de todo lo que hemos deseado juntos, mientras me mira a los ojos, veo en su mirada una mezcla de ternura y deseo, una conexión que trasciende las palabras.— Tengo que confesar que… –Rompí el silencio que se había instalado entre nosotros, porque ya no aguantaba más, lo deseaba en mi cama, deseaba sus labios sobre mi cuerpo. –Te deseo Daniel –Me mordí el labio sintiendo mis ardiendo, pero no de vergüenza, era lujuria, deseo.Él no dudó mucho su mano libre se coló por mi nuca de inmediato selló sus labios con lo
Emily.-Veo las gotas caer sobe mi ventana, arrecía afuera típico clima de Seattle, mientras yo sigo terminando mi delicioso helado de chocolate con un extra enorme se sirope de chocolate, a falta de sexo el chocolate es mi mejor amante en este momento.Justo cuando me levanto del sofá para buscar más ración de helado escucho el timbre, frunzo el ceño puesto que no estoy esperando ninguna visita y menos en las fachas en las que me encuentro, una bata de seda color negro, no me da chance de buscar algo más acorde para taparme, abro la puerta y asomo mi cabeza y me sorprendo al ver a Daniel.— ¿Q…Qué haces aquí? ¿Dónde dejaste a Diogo? –Le pregunto intentando cubrirme.— Con Derek y Ana me fue difícil alejarlo de Bianca –Se encogió de hombros. – ¿Estás bien?— Uhm… sí, si es solo… ¿Tú estás bien?— Quería que habláramos sobre algo –Respondió con demasiada seriedad.— Uhm… Ok solo dame unos segundos –Pedí cerrándole la puerta en la cara, como pude caminé con rapidez hasta mi cama aunque
Daniel.-— ¡Oye! Tu hijo como que está siendo muy atento con Bianca ¿No te parece? –Giro observo el ceño fruncido de Derek no puedo evitar reírme. –No me parece gracioso.— Podemos arreglar un matrimonio ¿Quién mejor que mi hijo para que sea t yerno? –Le guiño el ojo, su aura de mafioso se hace presente mirándome como si quisiera asesinarme.— No, mis hijas estarán recluidas en un convento y serán monjas –Solté una gran carcajada.— Quiero oírte decirle eso a Diana, ¿No crees que mi hijo sea suficiente para tu hija? –Pregunté con un falso enojo.— No seas idiota, tú y yo sabemos que las relaciones se complican, no quiero ver llorar a ninguna de mis hijas por un hombre, por cierto ¿Cómo vas con… pues con todo?— La extraño… –Dije casi sin pensar. –Pero ella tenía razón, solucioné muchos de mis problemas del pasado, pero aún sigo sin tener el valor de contarle lo de Regina, además no quiero darle más motivos para que sienta miedo –Derek me mira confundido. –Diogo me contó lo que pasó co
Último capítulo