La frialdad en mi voz lo hizo congelarse.
Los ojos de Damon se pusieron rojos, su rostro palideciendo centímetro a centímetro.
—Aria, sé que hice mal, pero solo quería salvar la vida de Serena.
—De principio a fin, solo te amé a ti. Nunca pensé en separarme de ti.
Sonreí, la curva de mis labios completamente despectiva.
—¿Por qué sigues usando esa excusa para sentirte en paz contigo mismo?
—La poción de memoria no me hizo olvidar todo instantáneamente. Durante esos siete días, vi todo: qué tan bueno eras con Serena, cómo me engañaste por su bien.
Mi voz se endureció con cada palabra.
—Si solo estabas tratando de salvarla, ¿por qué había sentimientos de amor que no podías ocultar en tus ojos? ¿Por qué hiciste por ella las cosas que prometiste que eran solo para mí? Ya no necesito tu amor hipócrita.
—Aria, por favor—
—Así que ya no lo quiero, Damon. Ya sea que recuerde o no, nunca te querré otra vez.
Los ojos de Damon se llenaron de renuencia y desesperación. Todo su cuerpo tembló, su vo