Capítulo 5

Las semanas fueron pasando Iván y Paloma, salían con más frecuencia, mientras los días para acompañar a su hermano a Alemania, estaban muy cerca, él, no quería irse sin pedirle a la joven que fuera su novia.

Llegó a la universidad, y la observó esperándolo, sentada en el graderío que daba al edificio en donde estaba su aula, entonces su corazón se agitó en el pecho.

La mirada de Paloma, se iluminó por completo, su ritmo cardíaco se incrementó a medida que se acercaba a ella.

Iván la llenaba de detalles como flores, chocolate, la trataba con dulzura, y cariño; todo eso tenían a la joven inmersa en una burbuja.

Después de almorzar juntos, Iván, llevó a Paloma hasta el mirador turístico del Panecillo, en donde pudieron apreciar la belleza de la capital en todo su esplendor, mientras se tomaban fotografías juntos y, recorrían las tiendas artesanales.

Paloma elevó su mirada al imponente monumento de la Virgen de Legarda, la escultura de aluminio, considerada como la más alta del Sudamérica. Cuando ella dejó de contemplar el monumento se encontró con la mirada de él, le sonrió, con timidez, su ser se estremeció al verlo aproximarse demasiado.

Las manos de Iván, tomaron el rostro de Paloma, sintiendo el frenético palpitar de su corazón, acercó sus labios a los de la joven, quién era inexperta en el tema, ella solo había tenido un novio, a los quince años, pero su padre intervino, rompiendo esa relación.

Los cálidos labios de la joven se abrieron con timidez para dejar que la lengua de él se adentrara dentro de su boca, mientras su cuerpo temblaba en los brazos de ese hombre.

—¿Quieres ser mi novia? —susurró uniendo su frente a la de ella.

—Apenas llevamos semanas de conocernos —habló con la voz trémula.

—Yo siento que te conozco de toda la vida —murmuró cerca de sus labios—. En unos días debo salir fuera del país, no me quiero ir sin tener una respuesta de tu parte —señaló Iván, mientras la abrazaba y le acariciaba el cabello.

—Tengo miedo —respondió temblando.

Iván, se separó de ella, para mirarla a los ojos, acunó de nuevo el rostro de Paloma, en sus manos, mientras la tímida joven, lo observaba anhelante.

— ¿Miedo de mí? —cuestionó él. Paloma inclinó la cabeza. —Yo jamás te lastimaría, he sido sincero y honesto contigo, sé que todavía tenemos mucho más por descubrir el uno del otro. Poseo defectos como todo el mundo, soy perfeccionista, exigente en el trabajo y otras cosas más que ya irás conociendo.

—No tengo miedo de ti —respondió con timidez, entonces elevó su rostro—. El temor es de mí y de todo esto que estoy sintiendo, nunca me había pasado —respondió la joven, con el corazón temblando.

Iván sonrió, se acercó a ella, la abrazó con todas sus fuerzas, sintiendo su pecho agitado.

—No tengas miedo, el amor es el sentimiento más puro y noble que existe, quien te ama nunca te hará daño —afirmó, buscando los labios de Paloma, para demostrarle en aquel beso que lo que sentía por ella era de verdad.

—Sí —susurró la joven en los labios de él.

—¿Si, qué cosa? —averiguó Iván.

—Si quiero ser tu novia —respondió la chica.

Iván la besó, la abrazó, la levantó del piso como si fuera una pluma, mientras le daba vueltas emocionado.

—Te juro por la memoria de mis padres, que a mi lado serás la persona más feliz del mundo —afirmó.

Esas palabras para Paloma, se tornaron en una promesa, no deseaba más en esta vida que ser feliz al lado de él, pasaron un rato más en el mirador mientras a cada instante trataban de demostrar con besos y caricias el amor que ambos sentían, todo parecía muy precipitado, pero para ellos eso era de verdad.

*****

Horas después. 

Iván, conducía su vehículo mientras cantaba «Te quiero by Hombres G».  Sin dejar de pensar en Paloma, suspiraba y recordaba sus besos. Sentía la necesidad de llegar con urgencia a casa, y contarle a Alain, que estaba enamorado de una muchacha pura, inocente, sencilla, quien irradiaba alegría y felicidad a cada instante.

Iván, estacionó su auto subió las escaleras de piedra de la mansión, cuando escuchó: «Morí by Tranzas» en el estudio de Alain.

.«Porque ya no estoy aquí, morí, morí el día en que te fuiste así de mí, no estoy, camino por las calles sin pensar, oigo sin escuchar, abrazo sin sentir, soy el único muerto que puede caminar...»

Cuando Iván estaba cerca de la puerta del estudio, el sonido de un disparo le congeló la sangre, se quedó paralizado por segundos, luego de eso corrió a toda prisa, giró la cerradura, con desespero, la puerta estaba con seguro, entonces él con su corpulencia tumbó la madera.

Su corazón se quebró por completo, su rostro palideció al ver el cuerpo de su hermano en medio de un charco de sangre, se acercó temblando, mientras varios empleados también llegaban.

Iván, se inclinó ante el cuerpo de Alain, con la esperanza que estuviera vivo, tocó su pulso, pero su hermanito menor ya no respiraba.

—¡NOO! —gritó, temblando, abrazando a Alain, llorando de manera desgarradora. —¡UNA AMBULANCIA! —gritaba desesperado, mientras zarandeaba a su hermano. —¡DESPIERTATE! ¡NO ME DEJES! —suplicaba, con el rostro lleno de lágrimas. El corazón le dolía, mientras sostenía en sus brazos el cuerpo de su hermanito menor, por su mente pasaron los recuerdos de cuando eran niños y jugaban por los jardines de la casa.

Iván, permanecía abrazado a su pecho el cuerpo inerte de Alain. No entendía nada, si días atrás estaba tan feliz, diciendo que se iba a casar. Limpió con una de sus manos sus aguados ojos, en ese momento levantó su mirada, y lo que observó, le desgarró el corazón: los cuadros de la exposición estaban develados, algunos destruidos, pero otros no... Ese rostro él, lo conocía demasiado bien.

A un costado del cuerpo inerte de Alain, reposaba una nota, una cruel carta de despedida, entonces Iván, frunció el ceño leyendo las últimas palabras que su hermano había impregnado en aquel papel, en aquellas letras cubiertas con sangre, resaltaba la sílaba Pa… de inmediato relacionó todo eso con la trágica decisión de su hermano, tomó el móvil del joven artista, el cual estaba desbloqueado: la última llamada que realizó fue a: «Paloma (mi musa) Borrero» enseguida se llevó las manos al rostro, no podía ser tanta coincidencia, la mandíbula de Iván, se tensó, mientras dejaba salir sus gritos llenos de dolor: 

—¡MALDITA!  —exclamó, al leer las palabras Alain plasmó como despedida, dedicada a ella.  —¡MALDITA PALOMA! ¡JURO POR LA VIDA DE MI HERMANO QUE DESTRUIRÉ LA TUYA! —sollozó enceguecido de odio y rencor.

Sobre el cuerpo de Alain, juró vengarlo, mientras su corazón sangraba de dolor, de tristeza, de rabia, de impotencia, se había enamorado de la misma mujer que acabó con la vida de su hermano menor.

Angellyna Merida

Mis queridos lectores, aquí un nuevo capítulo, espero sus sinceras opiniones. Ya conocen cuál es el motivo que lleva a Iván, a destrozar la vida de Paloma, todo la acusa, ella es la mujer que aparece en los cuadros de Alain, la carta que él deja tiene una Pa, al final y la última llamada que hizo fue a ella. ¿Quién tendrá la razón? ¿Será Paloma la mujer de Alain? Por otro lado no estoy de acuerdo con la decisión de Alain, la vida es el don más preciado que tenemos.

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