Alex Fletcher
Cuando Liv aparece, deslumbrante, en el camino de flores rodeado de mariposas, y la veo sonreír, estoy seguro de que tomé la decisión correcta con este matrimonio forzado. Con el tiempo, acabará entregándose y me entregará su corazón de nuevo. Me completa y me hace un mejor hombre, por mucho que piense lo contrario.
Cada paso que mi Mariposa da hacia mí me llena el corazón de felicidad. Liv es la mujer de mi vida, y la amo a ella y a nuestros bebés más que a nada en el mundo.
Con impaciencia, anhelo que recorra todo ese camino sola, y voy a su encuentro, ansioso por sentir su mano en la mía. Cuando nuestros dedos se tocan, hay esa chispa que nunca se apaga, ese hormigueo y esa electricidad que ninguna otra mujer ha podido hacerme sentir antes. El Juez de Paz empieza a hablar, pero soy vagamente consciente de sus palabras. Mis ojos están puestos en Liv, con su precioso vestido blanco y su diminuta cintura, que pronto cambiará de forma para acomodar a nuestros hijos a medi