Dalma, quería librarse de aquel sujeto que le hacía saltar la térmica cada segundo con solo respirar, apenas le fue posible salió corriendo de inmediato al camarín, busco su teléfono y llamó casi enseguida a su madrina quien era quien cuidaba a su madre y quien le envió aquel mensaje momentos antes, al segundo que contesto le abordo con incesantes preguntas, todo sobre la salud de su madre, por suerte ya está estable y no en estado crítico como le había dicho antes, había sido que se asustó y exagero un poco la situación, pero igual ya le dijo que a más tardar en dos días tendría el dinero, todo esto le pareció sospechoso a la madrina que le preguntó como consiguió tanto dinero en tan poco tiempo y solo pudo decirle que fue un préstamo y que lo irá pagando poco a poco.
Llegó a la casa pasadas de la media noche asustada y aliviada al mismo tiempo, al abrir la puerta se encontró a Mora esperándola como si se tratara de su madre, hasta tenia la misma mirada que asusta.
—¡Donde estabas! A