47 - Lo siento tanto...
— ¡Suéltala! — gritó Lucas, lleno de desconfianza al ver a un extraño llevándose a su madre.
El hombre lo miró con calma, sin dejar de sostener a Clara.
— Voy a llevarla al hospital, chico — dijo con voz profunda y grave —. Sube al coche conmigo. No voy a dejarla aquí.
Lucas titubeó un segundo, sus pequeños puños apretados con fuerza. Desconfiaba de ese hombre, pero ver a su madre en ese estado lo aterraba más que cualquier otra cosa. No tenía opciones. Con la voz temblorosa pero desafiante, le lanzó una advertencia.
— Si intentas algo, mi papá te va a golpear. — Lucas lo miró con ojos llenos de determinación —. Es Alejandro Ferrer, y es muy fuerte.
El hombre frunció el ceño, sorprendido por la respuesta del niño. No dijo nada al principio, solo asintió y acomodó a Clara en el asiento trasero del coche. Luego abrió la puerta del copiloto para que Lucas subiera.
— Sube, chico — dijo, sin dejar de mirar a los curiosos que seguían observando la escena —. Tu mamá necesita atención médica,