Capítulo 50 Sin reacción

Por la mañana, muy temprano, la señora de limpieza abrió la puerta de la oficina y vio a Lorenzo, recostado en el sillón, con su ropa arrugada, y hasta parecía mojada…

Él estaba dormido.

El olor que dominaba en esa oficina era difícil de descifrar, porque se mezclaba el alcohol, el tabaco y la mujer no quiso averiguar si también olía a orina.

Cerró la puerta con mucho cuidado y mucho miedo de haber sido descubierta.

-¿Qué sucede Anita? Tenés que limpiar la oficina del jefe antes de que llegue, que en estos días pasa mucho tiempo acá ¡Está insufrible!

Dijo con voz normal.

Anita le hizo un gesto, para que se calle la boca.

-¿Qué sucede?

-¡Él está ahí!

-Imposible, no lo vi llegar.

Dijo la secretaria mirando la hora en su celular, con miedo de haber visto mal la hora y haber llegado tarde, lo que le faltaba, ya se estaba imaginando los gritos de su jefe.

Se paró, pensando si convenía golpear la puerta por si necesitaba algo, o esperar que la llame.

-Está adentro.

Dijo la pobre mujer, casi
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