Albert intenta acostarse, se da la vuelta de espaldas a Antonella. Ella, siente la proximidad de su cuerpo y como puede se acomoda en la cama, rozando levemente su espalda con la de él. Sin embargo, la incomodidad de la situación la lleva a incorporarse nuevamente.
—Hazlo tú primero, —dice, sintiéndose un poco nerviosa.
Albert asiente y se acomoda en la cama. Además de ser un hombre alto y de contextura amplia, está acostumbrado a dormir en la amplitud de su gigantesca cama, King size. Ahora que se ve obligado a dormir en una matrimonial sencilla, y de paso acompañado, tiene que hacer malabares para ocupar un espacio menor y permitir que Antonella se sienta cómoda en su propia cama.
—Debí irme a un hotel —murmura.
—Debimos venirnos en la mañana —argumenta ella.
—¿Crees que podrás dormir estando sin moverte? —pregunta él.
—Hostia tío, que yo no muevo cuando duermo. —dice y jala la sábana para cubrirse.
Ambos se dan la espalda y guardan silencio. Un silencio incómodo que inun