Jacob Smirnoff
Miami
Pasó un mes, en el que se empezaron a notar, los resultados de la dieta y del ejercicio que mi cuñada Dulce, estaba teniendo. No solo estaba recuperando su figura de antes, ahora se veía más bella y más saludable. Lo más importante de todo, era que ya estaba completamente renovada su autoestima y eso era fascinante, ver como mi cuñada, se estaba levantando, por ella y por sus hijos.
–Jake – Me interrumpió Jen – Afuera está Ekaterina, quiere hablar con Dulce y contigo.
–Gracias mi amor, ya estoy por terminar de acomodar estos medicamentos – Respondí – Dile, por favor a mi madre, que ahora salgo con ella, mientras avísale a Dulce, por favor.
–Dulce ya está con ella, yo termino de acomodar – Jen y yo, nos dimos un beso – No hagas esperar a tu madre, se ve demasiado preocupada.
–Está bien mi amor, ya lo hago. Gracias por la ayuda.
–Por nada, mi amado Jake.
Jen se quedó acomodando mis medicamentos y después vi, que Bethany, llegó a ayudarla, lo que a mí me hizo muy fel