Hazel.-
He trabajado con los hombres más peligrosos y crueles de este país, aprendí de todos ellos, pero jamás llegué a imaginar que me vencería un sin cerebro como Dilon.
¿Cómo fui tan estúpida para subestimarlo? Venir sola a este mugroso lugar.
Necesito salir de aquí, ese imbécil es capaz de exponernos en su desesperación de encontrar el dinero que necesita para huir.
No puedo darme por vencida, Dilon aún no me ha vencido. Con la poca fuerza que me queda, arrastro mi cuerpo intentando conseguir algo que me sirva para desatarme, el dolor en mi rostro es insoportable, el soltar un pequeño gemido hace que mi cuerpo se tense por completo, pero no voy a rendirme, ese maldito infeliz me las va a pagar.
Siento los brazos acalambrados, me sigo arrastrando hasta mis ojos visualizan una pequeña hojilla de afeitar en el piso, las fuerzas vuelven a mi cuerpo, ignoro el dolor de mi mandíbula. Empujo mi cuerpo hasta llegar al arma que me va a liberar, siento el sudor goteando por mi frente, t