Brian.-
— ¡Brian, prometiste ayudarme! ¿Cómo me sales con que no te vas a casar conmigo?
Masajeo mis sienes con mis dedos, al escuchar el estruendoso tono Maggie.
— Sé lo que dije, pero no puedo casarme –veo como su rostro se pone rojo, pero eso solo sucede por un instante cuando vuelve a perder el color, desplomándose en mi sofá.
— ¿Y ahora qué haré? Mi padre me echará la culpa, pensará que te dije que soy… –comenta con un deje de desesperación y sus ojos llenos de lágrimas.
— Maggie, cálmate dije que no me casaría contigo, pero eso no significa que no voy a ayudarte –dije con calma.
Se recompone por un breve momento, pero el pánico sobre lo que pueda pasar no la deja entender mis palabras.
— Puedo darte dinero, lo suficiente para que comiences una nueva vida junto a Kim, lejos de aquí, yo puedo darle la cara a tu padre, después que te hayas ido.
— ¿Harías eso? –pregunto con un ahogo lleno de esperanza.
— Sí, –sonreí acariciando su mejilla, limpiando una lagrima que se le habí