A medida que pasaban más tiempo juntos, Clara y Lucas comenzaron a explorar el arte de amar en su relación. Habían aprendido a comunicarse de manera más abierta y a ser vulnerables el uno con el otro, pero también sabían que había más por descubrir en su conexión. Cada momento compartido les brindaba la oportunidad de profundizar en sus sentimientos y en lo que significaba realmente el amor.
Una tarde, mientras disfrutaban de una tarde tranquila en casa, Clara sintió la necesidad de hacer algo diferente. La rutina diaria podía ser cómoda, pero también monótona. Quería agregar un poco de creatividad y diversión a su tiempo juntos.
—¿Qué te parece si hacemos una noche de arte? —sugirió, sintiendo que sería una buena manera de relajarse y disfrutar de su compañía.
Lucas sonrió al escuchar su propuesta, claramente entusiasmado con la idea.
—Me parece genial. Podemos dibujar lo que sentimos el uno por el otro —respondió, con una chispa de emoción en los ojos.
Ambos se sentaron en la sala,