Al día siguiente, temprano en la mañana, Guillem llegó al hospital acompañado de Álvaro para visitar a Dafne.
—Él es Álvaro Bolívares, ha trabajado en nuestra casa durante muchos años. Si necesitas algo y no estoy aquí, puedes acudir a él.
—Hola, señor Bolívares.
Al ver a Dafne en la cama, Álvaro se sorprendió y exclamó:
—Señor, ella realmente se parece un poco a la señora…
Guillem sonrió y dijo:
—¿También lo crees? Tengo la misma sensación. ¿Dónde está el móvil que te pedí que comprara?
Álvaro le entregó un nuevo móvil a Dafne y le dijo:
—Señorita, realmente tienes mucha suerte. Este es un teléfono nuevo que el señor me pidió que preparara. Hay una tarjeta SIM dentro.
Dafne no se atrevió a recibirlo:
—Señor Mendoza… Yo…
—Tómalo, es solo un teléfono nuevo. Como estás sola en el hospital, no es conveniente que vengamos a visitarte todos los días. Con el teléfono, podremos mantenernos en contacto más fácilmente —insistió Guillem.
Dafne no quería causarles problemas, así que finalmente ac