Cuando Diego la reprendió, Lolita se sorprendió al principio, pero trató de mantener la calma. No debía mostrar su verdadero estado de ánimo, el cual no era bueno. Sonrió levemente mientras contenía el miedo en su corazón.
"Debería ser yo quien pida disculpas". Lolita consideraba que Diego era el tipo de hombre que no le gustaba que lo contradijeran, pero le parecía extraño. Era increíble que un hombre como Diego fuera obediente a Melinda.
Su relación era claramente más que la de un jefe y una subordinada. Demasiado cercana para una relación profesional. Debía haber algún sentimiento involucrado, ya sea por parte de Melinda o de Diego. Y Lolita tenía que averiguarlo.
"Sobre anoche. Pido disculpas". Esta vez, Lolita cedería, lo que sorprendió a Diego con el cambio de actitud de Lolita. Sonrió y acarició la coronilla de Lolita.
"Olvídalo, comamos. Debes tomar tu medicina".
"Sí, está bien".
Lolita no volvió a hablar. Hizo lo que Diego le ordenó. Si le decían que comiera, comía; si le dec