POV de Adriana
Todavía recuerdo la mirada de Diego cuando entró a la oficina esa mañana. Era fría. Determinada. Como si ya hubiera tomado una decisión sin consultarme. Yo estaba sentada frente a mi computadora, revisando unos informes para la próxima reunión con el director de marketing de la empresa de cosméticos con la que empezábamos una colaboración. Una oportunidad increíble… o eso creía yo.
—Necesitamos hablar —dijo él, con ese tono bajo que usaba cuando trataba de controlar su molestia.
Levanté la vista, intentando mantener la calma. —¿Ahora? Estoy terminando los últimos detalles para la presentación de esta tarde.
Diego cerró la puerta tras de sí. Apoyó las manos en el escritorio y me miró directamente, como si estuviera viendo más allá de mis palabras, de mi intención de seguir como si todo estuviera bien.
—Adriana, quiero que dejes este proyecto.
Mis dedos se congelaron sobre el teclado. Me reí un poco, con incredulidad. —¿Perdón?
—No es un buen ambiente para ti. He estado o