Keylen está acostada en el enorme sofá de la casa, porque el señor Rivers la obligó a irse a su retiro pre natal, lo último que quería era un nacimiento en pleno café.
Daniel se remueve inquieto en el vientre, debe estar desesperado por llegar al mundo a hacer escándalo, mientras que ella solo quiere tenerlo entre sus brazos, llenarlo de besos y que crezca para enseñarle a defenderse.
Se abre la puerta y entra Jake con muchísimo frío, el otoño está pegando fuerte fuera de la casa. Se quita la chaqueta y el gorro, para después acercarse a la chimenea a calentarse un poco.
-¿Cómo has estado?
-Bien – le dice mientras se sienta en el sofá -, aburrida sobre todo, no es que me encante estar sin hacer nada.
-Ya verás que todo va a cambiar. Cuando mi sobrino nazca, hará de las suyas, yo mismo le ense&ntild