Dan decide que debe volver a Nueva York y ahora es tiempo de convencer a su madre que puede hacerlo solo. El doctor consiguió terminar la medicación porque Dan entendió la base del amor propio y que el pasado no nos puede definir por completo.
Ve el calendario y sabe que su hijo debe estar a punto de nacer.
Le duele en el alma no poder estar con ella en ese momento, pero sabe que cuando la encuentre tendrá la cara para mirarla a los ojos, pedirle perdón y demostrar con hechos cuánto la ama.
Entra a la casa familiar, donde está su hermana Mary, la que sigue en aquella familia. Ella corre para abrazarlo y se cuelga de su cuello.
-Hermanito, te ves muy bien – le toca los brazos y se ríe -. Pero no tienes esos músculos de antes.
-Ya los tendré de nuevo – la deja en el suelo con un beso en la frente y camina hacia el despacho -. ¿Madre está aqu&