Cuando llegan a la cueva, Díaz no deja de mirar con desaprobación a Alfa. La regañó por ser tan temeraria y enfrentar a Matías de esa manera.
-¡Pudo pedirte que le mostraras las demás cajas!
-¡Pero no lo hizo! – le dice ella quitándose la peluca y dejándola en su lugar -. Lo tengo comiendo de mi mano.
-¿Y eso te enorgullece? ¿Controlar a los hombres con tu belleza?
-Estás pasándote de la raya – le dice ella sentándose y subiendo los pies al escritorio -. Yo hago lo que se me da la gana.
-Te quiero ver cuando eso se te devuelva y me voy a reír en tu cara.
Alfa abre mucho los ojos, pero cuando va a responderle, llaman a la puerta.
-¡Pase! – dice de mala gana y un tímido Gamma se asoma -. ¿Qué quieres?
-Te-tengo información de los Bowman.
-Entra de una vez y habla