Capítulo sesenta y nueve
Es otro día.
Observo a Wade durmiendo plácidamente a mi costado. Hoy también se ve tan lindo como siempre.
Salgo de la cama con cuidado de no despertarlo y camino hacia el baño para hacer mi rutina matutina: primero, lavar la cara, luego; cepillar mis dientes y tomar una ducha.
Quito mi ropa y la dejo en el suelo tirada, ayer después de lavar mi boca por horas se fue el repugnante olor a ajo y cebolla y ese asqueroso sabor de mi paladar, fue horrible tener que restregar y restregar para quitarlo, no sé como Wade soporta tomarlo sin que le afecte.
Mis pies se desvían al jacuzzi, unas grandes manos me sujetan por la cadera y doy un pequeño brinco en mi lugar —Es lindo tener este hermoso panorama — niego y sonrío, muevo mi cuerpo para soltarme e inmediatamente m