Capítulo ciento tres
—Buenas noches— me separo un poco de él y tomo a Amir en brazos que juega con los botones de la camisa que tiene puesta.
Wade llama mi atención jalando mi brazo y alzo la mirada donde mi madre toma la foto con su móvil, cierro los ojos por inercia ante el flash y giro hacia el ricachón totalmente ciega, con los ojos cerrados le doy el bebé a él.
—Pasa algo, ¿te sientes mal? —niego y recobro la vista nuevamente, fulmino con la mirada a Elizabeth.
Veo al padre de Valentina al inicio de las escaleras despampanantes del salón, junto mis cejas—él no estaba aquí —alzo mi mirada a Wade.
—Te quedaste diez minutos pensando y mirando a Amir, él se excuso diciendo que tenía que recibir a su hija al pie de las escaleras&mdas