El resto de la noche fue bien, cuanto más bebían, más se relajaba el ambiente y Amaris se sentó feliz en su silla, escuchando a Aoife responder con entusiasmo a las preguntas de Minerva sobre su familia y la magia que utilizaban.
Ya le habían explicado la teoría del padre de Minerva acerca de por qué ambos pensaban que Aoife les resultaba tan familiar, y Aoife estaba positivamente encantada de poder hablar por fin libremente de sí misma y de sus habilidades.
Minerva estaba inclinada sobre la mesa, con la barbilla apoyada en las manos mientras devoraba absolutamente cada palabra que Aoife decía, y Aoife charlaba animadamente mientras Amaris sorbía de su copa con una leve sonrisa en el rostro.
Se había tomado un descanso de la selección de Bellevue que Minerva y Aoife estaban degustando, ya que empezaba a sentirse un poco mareada, y se había pasado a un brebaje de fresa y lima sin alcohol que las omega le habían servido con mucho gusto.
‘Sigo pensando que deberíamos quedárnosla’. susurr