Un silencio sepulcral rodeó la reunión en cuanto se dieron cuenta de la presencia de Emma y desviaron su atención de la lucha que ocurría frente a ellos.
Asher estaba aturdido por el poder que emanaba de su compañera y por la ira que le trasmitía a través del vínculo. Eso le dio la ventaja a Ethan para agarrarlo desprevenido y liberarse.
Un pensamiento intrusivo, que lo sintió como una puñalada, se instaló en su mente. ¿Habría aparecido desnuda frente a todos para distraerlo? ¿Lo quería muerto?
¡Claro que lo deseaba sin vida! Y para mayor placer, esa mujer deseaba que muriera a manos de su hermano.
Era un imbécil por intentar creer que, a pesar de ser una bruja, ella podría ser diferente. El deseo que sentía por Emma lo había cegado, pero ya no volvería a ser tan estúpido.
—¡Estás muerto, alfa! —se mofó Ethan mientras apretaba sus garras sobre su pecho.
No le daría el gusto de morir ese día y ya vería cómo lidiaba con la bruja después.
Por más que intentó odiarla de nuevo, desc