*—Dominick:
Cuando los demás se fueron, Dominick se quedó a solas con Jace. Su viejo amigo le hizo una seña para que lo siguiera al balcón, y Dominick lo hizo sin decir nada, agradecido por el momento de tranquilidad.
—¿Estás enfadado conmigo? —preguntó Dominick apenas estuvieron a solas, con la mirada puesta en el horizonte nocturno.
—¿Yo? ¿Por qué lo estaría? —respondió Jace, alzando una ceja.
Dominick se encogió de hombros, incómodo.
—Te mentí en la cara.
Jace ladeó la cabeza, luego asintió lentamente.
—Ah, eso… —murmuró con una risa suave—. Ya te lo dije: prefiero mil veces que seas tú antes que cualquier otro alfa. No soportaría ver a alguien como Dante o Ross con Callum. Le arruinarían la vida, y lo sabes.
Dominick asintió con gravedad. Dante, su primo, era un alfa dominante insoportable, sin respeto alguno por los omegas. Ross, otro viejo conocido de su grupo de instituto, era del mismo corte. En realidad, todos habían sido un poco así en su juventud: alfas cargados de f