*—Callum:
Callum yacía sobre el pecho de Dominick, ambos desnudos, cubiertos de una fina capa de sudor y con la respiración aún agitada. Lo habían hecho dos veces más desde que llegaron al departamento, y él no podía creer que, tras tres días entregándose sin descanso, todavía tuvieran energía para seguir deseándose. Quizás no necesitaba suplementos para igualar el libido salvaje de su alfa. Quizás, simplemente, estaba hecho para él.
Sonrió con picardía y comenzó a frotarse contra Dominick, haciendo que su hinchado y húmedo agujero rozara la erección palpitante de su alfa. Un suspiro escapó de ambos, pero Dominick colocó suavemente las manos en sus caderas, conteniéndolo.
—No, amor —susurró, acariciando su espalda desnuda con ternura—. Ahora quiero otra cosa. Quiero hablar contigo, sobre nuestro vínculo, sobre nosotros siendo una pareja destinada.
Callum se dejó caer con un suspiro juguetón y apoyó la barbilla sobre sus manos para mirarlo a los ojos.
—Entonces… ¿lo supiste desd