Capítulo 88 —Dos balas en el pecho
Narrador:
Roman la observó sin decir nada por unos segundos, como si cada palabra de su hija se le hubiera clavado en el pecho. La observó unos segundos más, luego bajó la mirada y asintió lentamente.
—Bien —dijo con tono bajo pero firme—. Si eso es lo que quieres… no me voy a oponer.
Sasha se lanzó a sus brazos como una niña, con lágrimas en los ojos y una sonrisa temblorosa.
—Te amo, papá.
Roman también la abrazó, con fuerza. Por un momento, pareció que el tiempo se detenía ahí, en ese gesto simple pero lleno de historia. Sin embargo, cuando se separaron, todo cambió en un segundo. El Diablo se puso de pie con una agilidad sorprendente, y antes de que Sasha pudiera detenerlo, ya había cruzado la habitación. Abrió la puerta del baño de golpe y, con una media sonrisa, dijo con tono grave:
—Vamos, Eros. El resto de esta conversación también te incumbe.
Eros se quedó pálido, mudo, como si el frío de la mañana le atravesara la médula. Estaba con el panta