Capítulo 186 —El recado
Narrador:
La mansión principal estaba llena de movimiento: hombres de Santini revisando habitaciones, retirando lo que quedaba del caos y “limpiando” cada rincón. Marcelo y Julián caminaron en silencio hasta la casa de huéspedes, apartada, mucho más tranquila. Allí, al cerrar la puerta detrás de ellos, el mundo pareció detenerse. Marcelo se dejó caer en el sillón del salón, con el rostro hundido en las manos. Todo lo que había pasado en las últimas horas se le clavaba en el pecho: su padre muerto, Azucena muerta, y su firma cerrando un trato con Renzo Santini.
Julián se sentó a su lado y le pasó un brazo por los hombros, atrayéndolo hacia él.
—Ya está hecho —susurró, apoyando su frente contra la de Marcelo —No tienes que cargar con nada más hoy.
Marcelo levantó la cabeza, los ojos rojos pero secos.
—¿Tú entiendes lo que acabo de hacer? Renzo Santini… él se acaba de quedar con todo lo que fue mi familia.
Julián le acarició la mejilla con suavidad, obligándolo