CAPÍTULO 50: ¿PORQUE QUIERES DEJARME?
Enzo estaba sentado en el asiento trasero del auto, mirando su reloj de manera impaciente. Greta, a su lado, lo observaba de reojo, con una sonrisa ladeada en los labios.
«Esta noche será mi oportunidad», pensó, con una mezcla de deseo y triunfo.
Desde que Enzo le habló sobre ir a la gala juntos, había planeado todo meticulosamente. En su bolso llevaba un pequeño frasco con el líquido que aseguraría que él no pudiera resistirse. Bastarían unas gotas en su bebida, y entonces tendría lo que tanto quería: a él.
«Nadie me dice que no, Enzo. Nadie».
El sonido del celular interrumpió de golpe los pensamientos retorcidos de Greta. Enzo sacó el teléfono con una rapidez casi mecánica y contestó con voz fría y controlada.
—¿Sí?
Del otro lado de la línea, la voz de un hombre se escuchó grave y firme.
—Señor, hay un vehículo sospechoso. Se detuvo en la entrada de la mansión hace unos minutos. Las cámaras captaron la placa, y parece estar vinculado con Orlov..