CAPÍTULO 47: SEDUCCIÓN EN EL JARDÍN.
CAPÍTULO 47: SEDUCCIÓN EN EL JARDÍN.
Lana e Iván caminaban por el jardín. Iván, con las manos en los bolsillos y una expresión serena, giró su rostro hacia ella, evaluándola con una intensidad calculada.
—Dime algo, Lana —dijo, rompiendo el silencio con un tono bajo y cargado de intención—. ¿Siempre caminas con esa postura altiva o lo haces para recordarme que estoy debajo de tu liga?
Ella lo miró de reojo, sin saber si tomarse su comentario como un halago o una burla. Finalmente, decidió no responder. Iván sonrió con satisfacción al ver la leve incomodidad en su rostro.
—Interesante —murmuró, más para sí mismo—. Te gusta jugar a ser inaccesible.
Lana desvió la mirada, intentando ignorar cómo su voz grave parecía enredarse en sus pensamientos, y en cambio hizo ella una pregunta.
—¿Cuánto tiempo llevas trabajando para mi padre?
Iván señaló con la cabeza hacia una caseta al fondo del jardín. —Ven, subamos ahí y te cuento. No me gusta hablar de mi vida al aire libre; nunca se sabe quién