—Hola mi amor, estaba buscándote.
Le digo queriendo desvanecer el aura tan pesada.
—Evalina me dijo que un sujeto con
cara de imbécil estaba molestándote.
Dice mirando al detective que sonríe
—No creo que haya dicho eso—réplica.
—Tienes razón, el imbécil lo acabo de
agregar yo–Dios Nikolay no se mide—te voy a decir algo muy claro y es que no
quiero que andes merodeando mi mujer, la
hostigues y le hagas preguntas cada que se te da la gana porque no lo voy a
permite, intentaste sacarle información
a base de mentiras y nosotros hemos colaborado con tu investigación, así que no me hagas levantar el punto
teléfono, hacer una llamada y dejarte
sin trabajo con solo una palabra mía.
–No me amenaces, que sólo hago mi
trabajo.
—Nadie está interfiriendo, pero no
voy a permitir que hostigues a mi mujer—no se que ocasiona que me diga de esa
manera—o tienes otros intereses que van mas allá de lo profesional.
Me mira de una manera que tengo que desviar la mirada y
pegarme más al hombre que