LUCIANA :
Estoy segura de que le hice un hoyo al piso de la habitación de tantas vueltas que he dado.
—Tienes que calmarte Luciana.
Dice mi loba y eso hace que me altere más.
—¿Calmarme Sacha? ¿Dices calmarme?
Digo empezando a morderme las uñas… Con razón me da tanta hambre… Si es que estoy…
No, no, no, voy a pensar en eso aún.
Susurro tratando de convencerme a mí misma y tomo asiento en la cama tratando de pensar las cosas con tranquilidad.
Respiro varias veces y luego cierro los ojos para concentrarme en cualquier sonido… Y bingo, un pequeño corazón se escucha, es débil pero puedo escucharlo…
—No puede ser…
Susurro y las lágrimas bajan por mis mejillas empezando a sollozar bajito para que nadie escuche.
—¿Estás bien?
Me pregunta mi loba sintiendo mis emociones y niego.
—Estoy embarazada Sacha… ¿Cómo crees que voy a estar bien? Soy muy joven para tener un bebé.
Hablo y vuelvo a sollozar.
—Tienes cincuenta y tantos años, eres una señora mayor.
Dice mi loba rodando los o