Capítulo 18.
MAIA CARRIZALES.
¿Por qué todo me sale mal?
Veo como Nicolás me sujeta aún más fuerte de las caderas y gime de placer sobre mi cuerpo mientras yo solo me quedo quieta y dejo que haga lo que se le plazca con mi cuerpo.
Cierro los ojos y me repito una y otra vez que esto terminara pronto.
Giro la cabeza un poco y veo la cuna que está en la habitación.
Todo sea por ti.
Tiempo atrás (presente)
—¡MAIA!
Siento como algo cae a mi lado sobresaltándome y haciendo que me levante rápidamente, lo cual me provoca dolor de cabeza.
—Maldición, Mauricio —lo regaño mientras él se ríe—. No vuelvas a hacer eso.
Mauricio se pone boca arriba en la cama mientras yo me vuelvo a acostar para volver a dormir.
—Ya levántate, dormilona —me dice—. Ya amaneció.
—¿Ah, sí? —le cuestiono abrazando una almohada—. Que bueno.
Escucho como Mauricio bufa antes de levantarse de la cama.
Sonrío porque voy a poder volver dormir o eso es hasta que inesperadamente siento un gran peso arriba mio.
—¡MAURICIO!
—Arriba ya, floja