Capítulo 6; Cara a cara

~Marian~

—¿Qué hacen despiertas a esta hora?

Nos interroga mi padre, mirándonos.

—Lo que pasa es que….

Mamá trata de hablar y la interrumpe.

—Lo que sea me lo dices mañana. Hija, vuelve a tu habitación.

Me sonríe.

—Es importante, debemos hablar ahora.

—Mujer, ya dije que mañana.

Trago saliva en seco, miro a mamá y me doy la vuelta, me agarra del brazo, se acerca y besa mi frente.

—Las mentiras corrompen el alma, hija.

Su susurro me hace sonreír.

Esto puede ser un problema, mi madre nunca debió verme con Luck, cuando sepa quién es todo será peor.

Estoy jodida, todo por caer en deseos prohibidos que me hacen pecar.

El caos se acerca.

[….]

—Cariño.

Anne me da un abrazo fuerte.

—Hola —le sonrío a medias.

Se tira en la cama, me queda viendo.

—¿Qué tienes? Te ves terrible.

—No dormí.

—Te conozco tanto que sé que necesitas hablar.

Se pone de pie apresurada.

—Vamos por algo de tomar y hablamos.

—Papá no me dejará, está más intenso que otras veces.

—Te dejará.

Me agarra de la mano y me saca de la habitación sin importar mi negativa, baja las escaleras en busca de mi padre y al verlo le sonríe con amabilidad. Anne es mi mejor amiga, a mi padre le cae bien, somos amigas desde primaria y es de buena familia.

—¿Cómo está el hombre más espectacular de todo el mundo?

Anne le sonríe.

—Está muy guapo esta mañana, más joven.

Papá se ríe, negando con su cabeza

—¿Qué quieren? Las conozco.

Anne se le sienta enfrente y con una sonrisa grande habla.

—¿Podría llevarme a Marian? Mamá está con malestar, quiere que le lleve medicamento de la farmacia.

Sí, es mentirosa.

—Mmm, podría mandar a mi chófer y así no van solas.

—No, prefiero hacerlo yo, mamá es complicada, no me gusta llevarle la contraria. Le prometo que la traigo antes de la cena.

—En dos horas deben estar aquí.

—Por supuesto.

—Se cuidan, no hablen con desconocidos.

—Sí, papá. ¿Sabes dónde está mamá?

—Está desayunando con sus amigas del club.

Asiento.

—Nos vamos, papá. Te amo

Le doy un beso y nos vamos, Anne es buena para convencer a la gente. Es raro que mi madre no haya dicho nada de lo que sucedió esta madrugada, estaba decidida a hacerlo.

[….]

Hemos venido por una malteada, Anne no ha dejado de hacer caras de sorpresa por todo lo que le he contado, necesitaba hablar o iba a morir envenenada.

—¿Me estás jodiendo? Es imposible que el hombre de la discoteca sea tu cuñado y peor que hayas estado con él.

Anne camina de un lado a otro.

—¡Esto me encanta! Tienes que vivir la vida, tu padre no te deja vivir.

—Sí, pero cuando mi madre le diga todo a mi padre se acabará la diversión. Me golpeó.

—¿Qué? ¡Es una hija de puta!

Se queja, estoy por hablar y a unos pocos metros veo a mi madre, pienso por unos segundos que estoy confundida al ver que está besando a un hombre más joven, pero se aleja y veo que sí es.

Me levanto enojada y camino hacia ella, su cara de felicidad cambia por una de terror al verme, es como si su vergüenza no la dejara verme a la cara. La rabia se ha apoderado de mí, cómo le hace esto a mi padre que ha sido el mejor de los esposos.

La miro, negando con mi cabeza y dándole unos aplausos.

—Hija…

—Me juzgaste por lo que hice, pero tú eres una hipócrita que se da baños de decencia cuando en realidad eres una mentirosa. Tú sí eres falsa, no yo.

Me doy la vuelta y me alejo, la escucho llamarme y no me giro, camino apresurada y Anne detrás de mí.

—¡Cariño, espera!

Mi madre me toma del brazo al llegar al parqueadero.

—¡No me toques!

Me suelto, tengo rabia y decepción, suele hablar de lo importante que es respetar un matrimonio y ella es una infiel.

—Papá pensando que estabas con tus amigas y resulta que estabas echa la… —me callo—. ¿Por qué lo hiciste? Estás casada con un buen hombre, papá te ama, es bueno.

—No lo defiendas, demuestra lo que no es, pero créeme, es cruel. Hay secretos que no sabes, no me puedes juzgar.

—Mientes. Nada tiene justificación.

Me alejo, y la escucho:

—No diré que estabas con un hombre en tu habitación, a cambio tú no dices lo que viste. Lo olvidamos.

Me giro sobre mis pies.

—Nadie tiene que saberlo.

Se acerca.

—Hay cosas que desconoces, hija, idolatras a tu padre y no sabes nada de él, fuera de casa es un monstruo —me acaricia la mejilla—. Tú te callaras lo que viste y yo también.

—¿Quién eres en realidad?

—Una mujer desdichada y vacía por vivir llena de mentiras.

Termina de decir y se aleja.

¿Cuántos secretos esconde mi familia? ¿En realidad todo es una farsa? Mis pensamientos están enredados y odio que sea así.

Debería de decirle a mi padre lo que vi, pero prefiero callarme, mi madre no dirá lo que vio y prefiero seguir siendo una buena mujer ante los ojos de mi padre, es lo mejor, aunque esta mentira me atormente.

[….]

~Dos días después ~

No me he podido sacar de la cabeza a mi madre con el otro hombre, pero me quedé callada, en el fondo me siento culpable porque lo hice únicamente para que ella no dijera lo que vio, estoy engañando a mi padre y cada día siento que estoy viviendo en una mentira.

Ver a mi madre siéndole infiel a mi padre hizo que algo se removiera dentro de mí y me encantaría juzgarla, pero cómo lo hago si estoy haciendo lo mismo.

—Te ves hermosa.

Me dice Stefan, sonriendo.

Vamos de camino al cumpleaños de Renata, no quería venir, pero mi padre casi me obligó. Quiere quedar bien.

—Gracias, te ves bien también.

—¿Está todo bien? Te he notado extraña.

Trato de sonreír.

—Ideas tuyas, todo está perfecto. Gracias por preguntar.

Llegamos a casa de Renata, nos saluda emocionada y nos presenta a todos, nos sentamos a escuchar lo que dicen y a comer.

Se nota la diferencia entre ella y Luck, mientras que esta fiesta es muy tranquila, la realidad es que a él le encanta la locura.

—¿Y Luck?

Me atrevo a preguntar.

—Fue por cervezas —responde Renata, sentándose a mi lado—. Ha preguntado por ustedes.

—No íbamos a fallar —Stefan le da un abrazo.

—Perdona, ¿dónde es el baño?

—Puedes ir al de mi habitación, es arriba, primera puerta.

Asiento con mi cabeza a lo que me dice Renata y me voy a buscar el baño, en realidad, lo único que quiero es estar sola y lo del baño solo era una excusa para alejarme del ruido.

Me siento unos segundos en la cama atrapando mi cara entre mis manos y cuando decido salir me encuentro de frente con Luck que me queda viendo de arriba abajo con media sonrisa y esa mirada que me envuelve.

¡Mierda! Olvidé El pequeño detalle de que esta también es su habitación.

—Marian.

—Luck.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP