28. NECESIDADES, SENTIMIENTOS Y DERECHOS
Capítulo veintiocho: Necesidades, sentimientos y derechos
Había estado practicando ese mismo discurso durante toda la mañana, por lo que Teresa se dijo que no tenía motivo alguno para romper a llorar. Pensó que ya era poco atractiva, como para añadir unos ojos y unos labios irritados. Además, Ermine había aparecido en la puerta con una bandeja que contenía platos con fruta, huevos, queso, tostadas y un pedazo de tarta. Ermine la miraba entristecida.
Con rapidez se enjugó las lágrimas, vio que Angelo le quitaba la bandeja a Ermine de las manos y le daba las gracias.
—Come, Teresa —ordenó Angelo con un tono que no dejaba lugar para argumentos. En silencio, la joven tomó uno de los platos y lo invitó para que comiera también él
—No, gracias, no tengo apetito.
Su negativa no la sorprendió, pues hacía mucho tiempo que no comían juntos y mucho más todavía que no habían disfrutado de una comida sin rencor y amargura. Se sirvió el pedazo de tarta y lo probó.
Fue Angelo el que rompió el silenc