Axel
Se encontraba en su oficina, el bullicio de la ciudad apenas amortiguado por las gruesas paredes del edificio. La luz del sol se filtraba a través de las persianas, creando patrones de sombras en su escritorio abarrotado de papeles. Pero su mente estaba lejos de allí, atrapado en un torbellino de pensamientos oscuros.
- ¿Cómo llegué a este punto? Chantajeado por alguien a quien creía haber dejado en claro cuales eran mis intenciones desde un principio.
Un golpe en la puerta lo sacó de sus pensamientos. Era su amigo y colega, Mateo que recientemente había llegado de su viaje después de encargarse de sus negocios. Siempre puntual, siempre confiable.
-Axel, ¿tienes un minuto?
Asintiendo respondí. - Claro, Mateo. Entra, por favor.
Mateo cerró la puerta detrás de él y se sentó frente a Axel, con una expresión preocupada.
- Me dijiste que querías hablar de algo importante. ¿Qué pasa?
Axel tomó un profundo respiro, sabiendo que necesitaba confiar en Mateo si quería salir de esta situac