—Hola belleza, ¿Estás sola?
No otra vez. Sentí que hace mucho tiempo no me pasaba esto. Supieran que soy la novia del campeón, no se atreverían a acercarse. Levanté la cabeza y miré sus rostros asquerosos uno por uno.
—Fuera. —gruñí, haciéndolos intercambiar miradas sorprendidas.
—Qué ruda... —soltó uno de ellos. Eran tres. Mayores que yo. Se acercaron más.
—Hey, solo venimos a invitarte unas copas.
—Pues no me interesa. Lárguense. —me crucé de brazos y los miré con desinterés. Al parecer eso los enojó, porque su