Abrí la foto que llegó a nuestro grupo donde aparecían Jack y Emma sonriendo, mostrando un bello anillo brillante en su dedo anular. Tuve que echarme aire con la mano para calmarme. Salté del sillón y corrí a la habitación donde estaba Ethan en el escritorio frente al computador. Me lancé encima de él rodeándolo con mis brazos para mostrarle la pantalla.
—¡¿Lo viste?! —exclamé inquieto.
Acomodó sus lentes y asintió con desinterés.
—Al fin. —soltó, moviendo su mano para echarme de ahí y poder seguir trabajando.
—¡¿Eso es todo?! ¡Se van a casar! —grité