Al siguiente día de llegar a nuestro nuevo hogar, comenzamos a acomodar las cosas. Mi mamá y yo, nos divertimos redecorando la nueva casa.
El timbre sonó
—Seguramente es la señora Eva, dijo que traería algunas cosas para nosotros
—Mamá, conoces a todo mundo por aquí
—Me crie aquí hija —se dejó caer en el sofá —Anda ve a abrir y ayúdale porque ya es una persona mayor
—Ya voy —reí
Abrí la puerta
—Déjeme ayudarla —mencioné sin mirar a la persona. Tomé la caja y noté que las manos que la sostenían eran jóvenes. Miré lentamente hacia arriba. Quedé muda al verlo.
—Hola hija ¿tú mamá se encuentra?
Mi mamá llegó enseguida
—