PARTE I
Al día siguiente, me desperté temprano, me metí a dar una ducha, podía mover más mi tobillo y recargar un poco más de mi peso sobre él; al terminar mi baño, me puse una ropa cómoda, algo fresco; un pantalón de mezclilla, una blusa con holanes debajo del pecho sin mangas, amarilla y unos tennis blancos; cepille mi cabello y me hice dos pequeñas y delgadas coletitas en la parte de enfrente, dejando lo demás suelto.
Mi mamá abrió la puerta de mi habitación.
—Cariño, Bastian está aquí.
Voltee a ella y cuando terminó de abrir la puerta completamente, Bastian estaba parado. Saludó al verme.
—Pasa —sonreí
—No creo que a tus padres les guste que un hombre este en tu habitación contigo —mencionó Bastian
—Ay no te preoc