El silencio en el estudio era absoluto. Cámaras capturando cada micro-expresión mientras Camila procesaba la trampa que Samuel acababa de tender. Mentir sería atrapada. Admitir parecería hipocresía. Y millones observaban esperando su respuesta.

Pero entonces—en fracción de segundo que cambió todo—Camila tomó decisión.

Dile la verdad. Toda ella. Sin importar el costo.

—Sí—, dijo claramente, mirando directamente a cámara—. Es cierto. Hace dieciocho horas, mi familia se reunió con André Beaumont para discutir posible ayuda contra usted. Y sí, esa ayuda vendrá con precio—participación minoritaria en Montes Industries y obligaciones futuras.

Escuchó a Samuel hacer sonido de satisfacción a través de teléfono.

—Pero aquí está contexto completo—, continuó Camila—. Lo hicimos porque usted no está operando solo tampoco. Tiene sus propios patrocinadores financieros. Sus propias conexiones políticas. Y ha dejado completamente claro que su objetivo no es reform