Mundo ficciónIniciar sesiónEl palacio despertó diferente esa mañana. Catalina lo sintió incluso antes de que Laurent tocara suavemente a su puerta con el té matutino—una energía nerviosa en el aire, personal moviéndose con urgencia particular, voces susurradas en pasillos que usualmente permanecían en silencio.
—Su Majestad el Rey Philippe regresa hoy—, explicó Laurent mientras colocaba la bandeja, sus movimientos más formales de lo usual—. Su convoy fue visto a una hora del palacio. Todos están preparándose para su llegada.
Catalina sintió algo tenso en su estómago. El Rey había estado ausente durante casi todo su tiempo en el palacio—viajes diplomáticos que parecían diseñados para mantenerlo lejos tanto tiempo como fuera posible. En las pocas ocasiones que lo había visto, había sido distante, evaluador, imposible de leer.
—¿Debería preocuparme?—preguntó.
Laurent vaciló, y en esa vacilación Catalina vio confirmación de sus miedos.
—El Rey Philippe es... complicado—, dijo cu







