Mundo ficciónIniciar sesiónLa puerta se cerró detrás de Samuel con un clic final que resonó como disparo en el silencio tenso de la habitación. Camila observó a Alejandro, vio el momento exacto en que su expresión cambió de furia dirigida a Samuel a algo más frío, más calculado, dirigido completamente hacia ella.
—¿Cuántas veces?—preguntó, su voz peligrosamente calmada.
—¿Qué?
—No juegues—. Alejandro se recostó contra las almohadas, cada músculo en su cuerpo tenso a pesar del dolor visible—. Samuel dijo que tuvieron más encuentros. Plural. Entonces te pregunto: ¿cuántas veces viste a Samuel sin decirme?
Camila sintió el peso de la pregunta asentarse sobre sus hombros. Podía mentir—omitir, minimizar, hacer que sonara menos significativo de lo que probablemente parecía desde fuera. Pe







