Mundo ficciónIniciar sesiónDía doce. Camila había dejado de contar las horas y había comenzado a marcar los días como prisionera tallando líneas en una pared. Doce días desde la cirugía. Doce días de espera que se sentían como doce años.
Estaba en su posición habitual—sentada en la silla de vinilo verde que ahora tenía la forma de su cuerpo, sosteniendo la mano de Alejandro mientras le contaba sobre el día. No esperaba respuesta. Nunca la había.
—Los mercados reaccionaron bien a la declaración de Don Ricardo—, decía, su pulgar trazando círculos ausentes sobre sus nudillos—. Las acciones subieron tres puntos. Todavía están abajo desde el escándalo, pero es progreso. Marcus dice que...
Se detuvo.
Los dedos de Alejandro se habían movido.
Fue apenas perceptible, un ligero apretón que podría haber







