Cuando iban a entrar a mi hijo en quirófano, el celador paró la cama delante de Johana y de mi dándole las dos un beso en sus sonrosadas mejillas, entrando después su camita, sentándome en los sillones que había fuera. rota, destrozada y llorando sin consuelo, sentándose Johana a mi lado cogiendo mis manos
— Todo saldrá bien cariño y a Mark no le hagas caso, le han tenido que sedar un poco para hacerle la prueba, ahora mismo estaba como un poquito borracho — me dijo mi amiga riendo
— No sé Johana, de vez en cuando sacara mi pasado y así nunca seremos feliz aunque yo no tuviera la culpa, no es la vida que quiero para mi pequeño — respondí
— Ya lo sé preciosa, si tiene que ser así, yo misma te apoyare, Mark no te merece si es cierto lo que dices — me dijo Johana
— ¿Ha pasado algo Katia con Mark? — me preguntó mi padrino
— No tranquilo padrino, todo está bien, Johana me marcho a la calle, necesito aire aquí me estoy ahogando, avisame por favor con cualquier cosa — le dije
— Quédate en la