EMMA.
Solo lo pensé por un momento…
Y la opción donde no estaba Noah en mi vida de alguna forma me desquiciaba en este instante. Sabía que en algún momento él se esfumaría de mi mundo, pero… ¿Estaba dispuesta a terminar todo solo por el miedo de que algún día ya no viviera esto?
No quería.
Aunque entendía que mi estado emocional no me ayudaba mucho. Necesitaba a Noah ahora.
Su mirada estaba quieta en mis ojos. Siempre seguro y firme, un hombre que no titubeaba para decir o pedir lo que quería.
¿Cómo, en toda una vida, pude haberme topado con alguien como él?
—Sí… —mis palabras se deslizaron por mi garganta y salieron de mi boca de forma simple.
Sin duda, sin esfuerzo…
Vi cómo él aspiró con fuerza e incluso su cuello se hizo más grueso.
Sus dedos comenzaron a delinear mis manos, y a subir por todo mi brazo de forma exquisita, mientras todos mis vellos le indicaron que era el dueño y señor de todas estas emociones que se desencadenaban en mi cuerpo ante su tacto.
—Hay algo por hacer an