Maisie había caído en su propia trampa.
¿- Volver con mi padre y tú?
Él sonrió y giró su copa entre sus dedos.
- Seguramente mataré a mi madre. Finalmente, dijo en tono de broma.
A pesar de su ingenio burlón, Maisie tuvo la impresión de que hablaba extremadamente en serio. Ella se cuidó de no continuar la conversación sobre este terreno demasiado embarrado y lanzó:
- ¿Qué has estado haciendo todos estos años? Bueno, quiero decir...
- Me uní a una de las mafias más grandes de Rusia.
Ella se congeló, esperando que él no hablara en serio.
- No te preocupes Maisie, no te voy a matar. Añadió inclinando la cabeza.
- ¡Los mafiosos son criminales! Maisie protestó, sintiendo que una extraña emoción la abrumaba.
- No crea, este no. Se defendió con una seriedad que la hizo temblar. He salvado a más personas inocentes que mi madre condenada de una vida miserable.
Ella tragó saliva.
Sus ojos reflejaban un brillo sincero. Ella le creyó.
- ¿Así que eres una especie de justiciero?
- Podemos decir que