31

Jabbar se quedó inmóvil y se volvió para mirar a la joven herida con cierta sorpresa que trató en vano de ocultar. Por un momento, pensó que la había encontrado. Pero Jabbar permaneció en guardia.

- No puedes ir a ningún lado con las costillas rotas.

- ¡Absolutamente, nada me impedirá irme si quiero! De repente explotó con lágrimas en los ojos. ¡Es cierto después de todo! ¿Quién soy ahora?

Una mueca pronto se formó en sus hermosos labios mientras intentaba levantarse de la cama.

Corrió hacia la cama y la obligó a acostarse.

¡- Soltadme!

Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App