— no creo que puedan manejar, los tres bebieron está noche - dice Verónica
— pienso lo mismo… ¿Qué opinan si vamos a mi apartamento?, ahí pueden descansar - propone Artur.
— solo déjame avisarle a mi madre, no quiero que se preocupe.
Después de que Verónica llama a Irene, abordamos dos taxis, en el primero suben Artur, Belén, Paul y Verónica y en el siguiente, César, Orlando y yo.
— lo siento, no era nuestra intención quedarnos, pero a César se le pasaron las copas y él era quien nos iba a llevar, sinceramente no sé qué le ocurrió.
— no te preocupes, no pasa nada … ¿Él está bien?— pregunto preocupada, pues César no ha reaccionado desde hace un rato
— sí, solo está dormido… si no lo conociera también me asustaría, pero así es él cuando bebe demasiado.
Al llegar al enorme edificio Orlando ayuda a bajar a César del auto. Todos subimos hasta el piso número 30 donde se encuentra el lujoso apartamento de Artur.
— ustedes pueden quedarse en esta habitación - nos indica a las tres m