En la mañana Margaret conversaba con Dante cuando Sophie llego al comedor del jardín
–Hija buenos días. . . te traeré un te con tu desayuno.–Comento la madre al ver el aspecto de su hija
–Buenos días, familia. –Dijo Sophie con seriedad y mirando a su madre exclamo –No te preocupes mama, ya me lo traen.
–Voy a revisar va en la cocina el desayuno, permiso Dante quedas en tu casa, y ya envió tu pedido
–No dormiste bien. . . verdad?–pregunto Dante.–Por qué no pasaste la noche junto a mí. Yo te hubiera ayudado. . . con un masaje.
–Gracias. . .pero yo debo buscar resolver mi situación
–Tuviste otra pesadilla. . . te ves ojerosa. Si estuviera Donato te diría . . . Sophie lo corto y exclamo
–El no comentaría nada
–Pero, en el pasado me decías que era maravilloso.
—Fingía que era el padre amable y cariñoso que deseaba. Creía que si lo imaginaba y lo comentaba con todas mis fuerzas, se haría realidad.
Sophie lo miró con ironía.
—Se me daba bien fantasear. Me creí que estabas enamo